jueves, 21 de febrero de 2013

NO CAMBIES AL QUE UN DÍA TE HIZO CAMBIAR


Estamos acostumbrados a que cuando ya tenemos algo muy ``usado´´, lo cambiamos.
Intentamos cambiar nuestra vestimenta, nuestro peinado, nuestra manera de pensar, nuestro diario vivir, etc.
Hasta aquí, todo esto, lo podríamos cambiar sin necesidad de sentirnos mal o sentir que hemos perdido algo muy valioso. Pero hay alguien que aveces se nos olvida al cuál intentamos cambiar que es Dios.
Dios no es cualquier ``cosa´´ que podamos cambiar sin sentirnos mal después como es el caso de un bien material, sino que Él deja huella en las personas.
De lo que estoy seguro es que cuando Dios cambia lo hace no sin pensar como lo haríamos nosotros sino que el sabe lo que está haciendo.
Muchas veces nos fijamos en la obra de Dios acabada y nos maravillamos; pero no vemos la sabiduría con la que fue creado ese proyecto, ni tampoco vemos el proceso ni todas las cosas que movió Dios para que se cumpliese su obra.
Está claro que Dios es un Dios de poder que no merece ser cambiado por un ``capricho´´, sino que por Él y por nosotros debemos cambiar hasta nuestra vestimenta, nuestro peinado, nuestra manera de pensar y nuestro diario vivir.
La opinión de Dios en este tema se encuentra en: Job 23:13 ``Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma lo deseó, e hizo.´´ 
En este versículo, Job habla de las maravillas de Dios. Pero no del final de la obra de Dios sino de cuando dios la medita y la decide.
RECUERDA: No cambies al que un día te hizo cambiar.

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